El crimen ocurrió el martes, a eso de las 9 de la noche, en un sector de invasión en Punta Canoa, a un costado de la Vía del Mar.

No hay ruidos extraños. En casa de Margaret del Carmen Romero Castillo solo se escucha su voz y la de sus hijos. Ella estaba reposando en una hamaca cuando de repente la conversación termina en gritos de auxilio ante una ráfaga de balas.

Son las 9 de la noche del martes. Hay muerte y dolor en el sector La Invasión, en el corregimiento de Punta Canoa, en la Zona Insular de Cartagena.

“Nos mataron a la cucha. Apura, sal de ahí, está muerta”. Un familiar de la víctima recuerda que eso dice uno de los hijos de Margaret en medio de su desesperación. Pero no solo ella agoniza, también otro de sus hijos, Laureano Rivas Romero.

Un miembro más de la familia toma el pulso de Margaret, a quien conocen como ‘la Gorda’, para trasladarla a un centro asistencial, pero es demasiado tarde. Por ella no hay nada que hacer. Romero Castillo muere en la hamaca.

A Laureano lo llevan a una clínica, en donde, según sus parientes, los médicos aseguran que su salvación depende de un milagro.

Noche de muerte
La humilde casa de Margaret en Punta Canoa está rodeada ayer en la mañana de hijos, nueras y vecinos. No quieren fotos y tampoco decir mucho de lo sucedido. Para ellos lo único que está claro es que “nos tocó perder. Todo fue como por arte de magia. Por ahora nos importa que nuestro hermano se salve”, dice uno de los dolientes.

El otro panorama está en la morgue de Medicina Legal, en el barrio Zaragocilla. Ahí está Linda Romero, hermana de Margaret.

“En la casa estaba mi hermana, mis dos sobrinos y la mujer de uno de ellos. Nadie escuchó llegar moto ni nada. Lo que nos dicen es que empezaron a tocar la puerta muy duro, entonces Laureano se fue por la parte de atrás para ver quién era y por allá se metieron los tipos, parece que eran como dos, con aspectos de paisas.

“Empujaban a mi sobrino y le decían que el asunto no era con él, pero como no dejó de enfrentarlos, le dispararon. Mi otro sobrino, al escuchar los tiros, se escondió debajo de la cama y fue cuando los hombres esos supieron que mi hermana estaba en la casa. La asesinaron en la hamaca. Le dispararon varias veces al pecho y la cabeza. Laureano, antes de que le dispararan, le dijo a su mujer que corriera y por eso ella no resultó herida”, relata Linda.

Son más de 10 balazos los que recibe Margaret.

¿Líos de droga?
Linda señala que no le conoce problemas a su hermana Margaret. Detalla que hace más de tres años la víctima de muda de Olaya Herrera al corregimiento de Bayunca y de allí a Punta Canoa. “Invadieron unos terrenos en Punta Canoa y allá se quedó. Nosotros no íbamos por esa zona porque eso es feo; sin embargo, estábamos en contacto y nunca supimos de problemas”, dice la familiar.

Contrario a esto, la Policía Metropolitana informa que Margaret Romero es una presunta “jíbara” del corregimiento que era conocida como ‘la Gorda’. Atribuyen en crimen a esa actividad ilegal.

Linda Romero detalla que en Punta Canoa, Margaret solo vive con un hijo, pero el martes, Laureano y su mujer llegan a visitarla con la mala suerte de que es el momento que escogen los matones para llevar a cabo su plan.

Cortesia: JULY ANAYA MARRUGO

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