Un sicario acabó con la vida del patrullero de la Policía Nacional Jaider Gregorio Amador Quessep, de 32 años, mientras visitaba a su madre en el barrio San Luis de Barranquilla el pasado viernes 17 de mayo. El hecho ocurrió cuando el sicario lo interceptó en una calle, lo persiguió y le disparó en tres ocasiones, causándole la muerte en el lugar de los hechos.
Se ha iniciado una investigación para determinar los motivos del asesinato. Se baraja la posibilidad de amenazas por su trabajo como policía, ya que se encargaba de la vigilancia de la carceleta de la Estación de El Bosque. Sin embargo, otra teoría sugiere que podría tratarse de un ajuste de cuentas debido a detalles de su vida privada y los lujos que ostentaba, incompatibles con su salario como patrullero.
Además, se ha mencionado la posibilidad de un vínculo con bandas de narcotráfico en Barranquilla y Cartagena, señalando que la orden de asesinarlo habría salido de esta última ciudad. También se ha revelado que en el año 2020 fue desvinculado de la Dirección Nacional de Antinarcóticos por falta de transparencia en su trabajo.
Jaider era conocido como el propietario del picó de champeta ‘El Kike’, valuado en 150 millones de pesos, y poseía un carro que superaba los 180 millones de pesos, una casa en el barrio Miramar, y otras propiedades lujosas. Su ostentosa vida de rumba, dinero y viajes en yates ha llamado la atención, sugiriendo posibles vínculos con bandas de narcotraficantes.
La institución policial ha ofrecido una recompensa de 50 millones de pesos a quien brinde información que lleve a la captura de los asesinos del patrullero Jaider. Se conformó un grupo especial de investigación para esclarecer los hechos, y el sepelio del patrullero fue multitudinario, con una caminata con champeta y dj en vivo antes de su entierro en el cementerio del barrio. Un sospechoso, señalado como el sicario, ha sido capturado.
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