Cuarenta familias campesinas, beneficiarias de la política de restitución de tierras del país, han recuperado sus herramientas de trabajo con la entrega de la Finca Monterrey, situada en la zona rural de Magangué-Bolívar.

Este terreno, que había estado bajo la administración de la Sociedad de Activos Especiales tras un proceso de extinción de dominio, ha regresado ahora a manos de sus legítimos dueños.

Para garantizar un uso sostenible y productivo de estas tierras, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP) está llevando a cabo varias jornadas de capacitación en métodos de pesca para los beneficiarios del predio.

Desde la AUNAP se ha explicado: “La formación tiene como objetivo que los campesinos integren la producción piscícola con las actividades agrícolas y ganaderas que ya manejan, lo que les permitirá diversificar y fortalecer su seguridad alimentaria y su economía familiar”.

Con esta iniciativa, los nuevos propietarios no solo tienen la oportunidad de diversificar su producción y aumentar sus ingresos, sino que también están consolidando un proyecto de vida integral. Se trata de una combinación de justicia social, restitución de derechos y un impulso al desarrollo productivo del campo colombiano.