Aunque tiene una enfermedad genética que le impide el crecimiento óseo de los cartílagos, Eder Arévalo Gamarra, de 22 años, lucha por sus sueños. Recientemente, la Policía Nacional le otorgó la oportunidad de ser “Patrullero por un día”, una experiencia que lo llenó de alegría y gratitud.
Originario de Mompox, Bolívar, Eder esperaba ansioso el día en que su sueño se hiciera realidad. Temprano en la mañana, se levantó, se puso su uniforme verde oliva y se unió a los hombres y mujeres a quienes admira por su dedicación y deseo de ayudar. Frente a la Comandante de Estación, la teniente Melissa Paola Sierra Blanco, Eder se presentó listo para comenzar su jornada especial.
Dotado con una radio de comunicación y asignado a un grupo de compañeros, Eder subió con esfuerzo a una motocicleta y recorrió las calles de su municipio turístico. Su presencia no pasó desapercibida, la comunidad se acercaba para saludarlo, felicitarlo y tomarse fotos con él. A pesar de las dificultades físicas, Eder logró conectarse de manera especial con las personas a su alrededor.
La felicidad se reflejaba en su rostro mientras cumplía sus labores como “Patrullero por un día”, luciendo con orgullo el emblemático uniforme policial. Su madre, Marlene, quien también padece la misma enfermedad, no podía contener la emoción al ver a su hijo viviendo su sueño. Agradeció a los patrulleros por brindarle a Eder un día de alegría en medio de tantas adversidades, permitiéndole experimentar las tareas cotidianas de un policía.
Desde temprana edad, Eder ha estado involucrado en actividades comunitarias con la Policía, pero nunca había tenido una experiencia tan significativa como esta. Su visita al colegio donde completó su bachillerato fue recibida con entusiasmo por profesores y compañeros de clase, quienes celebraron su logro.
Sin embargo, al regresar a casa, la realidad de la pobreza y las necesidades de alimentación se hacen presentes. Su abuela trabaja arduamente para mantener a la familia, pero debido a la condición física de Eder, las oportunidades de empleo son escasas. A pesar de haberse graduado de bachiller y haber realizado cursos en el SENA, ha enfrentado dificultades para encontrar trabajo y ha experimentado discriminación.
Ser “Patrullero por un día” le brindó un respiro de su situación, recibiendo un generoso mercado por parte de los patrulleros y disfrutando de un delicioso almuerzo en agradecimiento por su dedicación.
Eder ha construido una buena relación con la Policía en la Estación de Mompox, donde goza de confianza y admiración. A pesar de las dificultades, Eder se mantiene esperanzado y busca una oportunidad de trabajo para sentirse productivo y poder solventar las necesidades de su hogar. Su sueño es formar una familia y vivir en tranquilidad. Esta experiencia como “Patrullero por un día” siempre ocupará un lugar especial en su corazón y lo hace sentir grande, agradeciendo a Dios por escuchar sus anhelos y a la Policía Nacional por hacerlos realidad.
0 Comentarios