En el silencioso barrio Nariño, ubicado en las faldas de La Popa, el temor y la angustia han tomado fuerza tras el reciente episodio de sicariato que ha dejado a la comunidad en estado de shock. A pesar del miedo, los residentes alzan su voz exigiendo a las autoridades medidas urgentes para frenar la venta de drogas y aumentar la presencia policial en la zona.
Nadie quiere hablar abiertamente del incidente, por temor a represalias, pero todos coinciden en la necesidad de abordar los problemas de seguridad que afectan al barrio. Un habitante, bajo anonimato, expresó: “Esta es una realidad que vivimos en nuestra ciudad, una ciudad que ha caído en manos del vandalismo, el sicariato y la violencia”.
El último acto de violencia, un sicariato perpetrado a plena luz del día, ha dejado a la comunidad con un llamado desesperado de auxilio. El temor se apodera de cada habitante al ver cómo los delincuentes ingresan incluso a las viviendas para lograr sus objetivos, sin considerar la vida de los inocentes.
La falta de presencia policial en comparación con años anteriores preocupa a la comunidad. “Hoy somos muchos los moradores que elevamos una voz de protesta. Urge que el Gobierno distrital y nacional ponga sus ojos en nuestra comunidad”, señaló un residente.
Nariño, a pesar de su proximidad al Centro Histórico, ha caído en la influencia de zonas de alto impacto de venta de drogas sin control. La comunidad exige que se recupere la tranquilidad que disfrutaban hace años y que se tomen medidas efectivas para eliminar la venta de drogas en la zona.
El reciente atentado tuvo como víctima a Richard Alexander Castillo Cantillo, de 30 años, de nacionalidad venezolana. Sicarios en moto lo balearon en la terraza de una casa, quedando registrado por una cámara de seguridad. La víctima fue trasladada con signos vitales a la San José de Torices y se ha identificado que sería lavador de carros.
La inseguridad en Nariño ha alcanzado niveles preocupantes, y los residentes claman por acciones contundentes para devolver la paz a su comunidad. Este episodio sirve como llamado de atención urgente para las autoridades locales y nacionales.
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