Un detallado análisis arrojó luz sobre los materiales fundamentales empleados en la construcción del Castillo de San Felipe, revelando que la cal viva, la arena y el agua, entre otros componentes, fueron los elementos predominantes en su edificación. Esta investigación exhaustiva, que incluyó muestras sometidas a microscopia electrónica, fue parte de una fase de curaduría y exhibición de la exposición ‘Las fortificaciones de San Lázaro’, inaugurada el 30 de noviembre.
David Cohen, profesor de la facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Los Andes, señaló que la magnitud de la obra exigía una combinación específica de materias primas. Destacó la importancia de la piedra caliza, quemada en hornos durante días para obtener cal viva. Estas propiedades hidráulicas otorgan durabilidad y resistencia a la estructura, elementos cruciales para su integridad a lo largo del tiempo.
Aunque se ha logrado determinar los materiales empleados, persiste la incógnita sobre si los pañetes utilizados fueron elaborados por Juan de Herrera y Sotomayor o por Antonio de Arévalo. Los investigadores continúan analizando otras estructuras en Cartagena para distinguir los pañetes tradicionales, realizados con cal, de aquellos hechos con cemento hidráulico.
Este descubrimiento no solo es revelador para comprender la historia de la construcción del Castillo de San Felipe, sino que también ofrece pautas significativas para la preservación y protección de bienes culturales no solo en Cartagena, sino en todo el territorio nacional. La identificación de estos materiales y métodos de construcción no solo enriquece el conocimiento histórico, sino que también orienta estrategias futuras para la conservación del patrimonio cultural.
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