En un operativo llevado a cabo el pasado 12 de febrero por la Gerencia de Espacio Público y Movilidad, se desmontaron cinco cambuches ubicados en la entrada al barrio Manga, a tan solo 50 metros del peaje. Sin embargo, la acción, que buscaba despejar el área, ha dejado tras de sí una problemática ambiental considerable.
Cuatro días después de la intervención, gran parte de los residuos provenientes de estas estructuras improvisadas, conformadas mayormente por plásticos y madera, permanecen en el lugar. La acumulación de desechos no solo representa un riesgo para la salud pública, sino que también amenaza la flora y fauna local al aumentar la posibilidad de contaminación del suelo y el agua.
A pesar del desalojo de los ocupantes de los cambuches, montones de basura, escombros y otros residuos han quedado en el área, generando preocupación entre los ciudadanos que transitan diariamente por esa vía. La zona, caracterizada por ser un hábitat de manglares y diversas especies, se ve afectada por la presencia persistente de plásticos, ropa vieja, botellas de vidrio, palos y cartones.
La acumulación de estos residuos no solo afecta el entorno estético del lugar, sino que también representa un peligro ambiental que podría comprometer la biodiversidad del área. La ciudadanía hace un llamado a la implementación urgente de estrategias de limpieza y recolección de residuos, así como a la adopción de medidas preventivas para evitar que esta situación se repita en el futuro.
En un operativo llevado a cabo el pasado 12 de febrero por la Gerencia de Espacio Público y Movilidad, se desmontaron cinco cambuches ubicados en la entrada al barrio Manga, a tan solo 50 metros del peaje. Sin embargo, la acción, que buscaba despejar el área, ha dejado tras de sí una problemática ambiental considerable.
Cuatro días después de la intervención, gran parte de los residuos provenientes de estas estructuras improvisadas, conformadas mayormente por plásticos y madera, permanecen en el lugar. La acumulación de desechos no solo representa un riesgo para la salud pública, sino que también amenaza la flora y fauna local al aumentar la posibilidad de contaminación del suelo y el agua.
A pesar del desalojo de los ocupantes de los cambuches, montones de basura, escombros y otros residuos han quedado en el área, generando preocupación entre los ciudadanos que transitan diariamente por esa vía. La zona, caracterizada por ser un hábitat de manglares y diversas especies, se ve afectada por la presencia persistente de plásticos, ropa vieja, botellas de vidrio, palos y cartones.
La acumulación de estos residuos no solo afecta el entorno estético del lugar, sino que también representa un peligro ambiental que podría comprometer la biodiversidad del área. La ciudadanía hace un llamado a la implementación urgente de estrategias de limpieza y recolección de residuos, así como a la adopción de medidas preventivas para evitar que esta situación se repita en el futuro.
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